VA DE PUTAS
"Yo puta" es una película atípica, interesante, incómoda
e inclasificable. Así pues, el que espere encontrarse con un film que
respete las normas básicas mostradas en cualquier clase de guión o dirección,
ya puede olvidarse de ello y es incluso recomendable que la gente que
no tenga la capacidad de abrir su mente a nuevas propuestas creativas
se olvide de ir a verla.
¿De qué trata? La historia de ficción se centra en el personaje interpretado
por Denise Richards, una joven vírgen que prepara un libro sobre entrevistas
con gente que se dedica al negocio del sexo, de la prostitución y del
cine pornográfico. A medida que la chica se introduce en ese mundo oculto
de la mano de su vecina y amiga, el personaje interpretado por Daryl
Hannah, una actriz sin suerte que se saca un sobresueldo como prostituta
de lujo, se despertará en ella la curiosidad y el morbo y descubrirá
una parte de su personalidad aún desconocida.
Esa sinopsis bien podría
tratarse de una película convencional, pero como ya he dicho antes,
no lo és.
María Lidón que utiliza el seudónimo de Luna para dirigir sus películas,
se encarga de dinamitar todas las reglas establecidas por la industria
y mezcla su trama de ficción con el género del documental en un híbrido
atrayente, pero de desigual resultado. Cogiendo por los pelos la trama
de ficción, nos muestra una serie de entrevistas y testimonios con personas
reales que se dedican de una u otra forma al negocio del sexo, así nos
encontramos con las experiencias de prostitutas de lujo, de carretera,
de club, con señoritas de compañía, con un gigolo, con adictos/as al
sexo, con clientes de prostíbulos, con practicantes del sadomaso y con
directores y actrices de cine X, que nos ofrecen un amplío abanico de
opiniones sobre la temática del film. Estas entrevistas están insertadas
en la trama de ficción como si se trataran de gente entrevistada por
la protagonista, pero tienen una continuidad propia y terminan por ser
la trama principal de la película ya que ocupan el 75 % de la misma.
El tratamiento de los testimonios es también muy interesante, algunos
se realizan sobre fondos fotográficos (es decir, sobre fotos estáticas,
existe en el film mucho trabajo infográfico) y dan un look al film muy
innovador, resultando menos arriesgada la estética de las escenas de
ficción.
El mayor pero que se le puede poner al film es la sensación que te queda
al final de indefinición, la mezcla de ficción y realidad no acaba de
encajar a la perfección y en ocasiones la trama de ficción estorba más
que ayuda, debido al escaso interés que muestra Luna por desarrollarla
y crear una profundidad mayor a la historia que termina por ser una
mera anécdota absolutamente previsible, filmada con correción, eso sí.
El punto fuerte de la película se centra entonces en los testimonios
reales, a veces sorprendentes, a veces patéticos, a veces divertidos,
a veces dolorosos, a veces irritantes, a veces estremecedores, de personas
normales hablando sin tabús de sus experiencias y trabajos, que resultan
en su conjunto francamente entrañables, ya que en muchos de los casos
consigues traspasar más allá de su mirada sobre la prostitución y el
sexo, y puedes ver su forma de ver y entender la vida, sus anhelos y
sus desdichas.
En el plano interpretativo, es de destacar la presencia en un film de
estas características de dos actrices como Denise Richards y Daryl Hannah,
consolidadas en el mundo del cine, que han tenido la valentía de apostar
por esta difícil y arriesgada película, no tanto ya por las exigencias
de sus personajes sino por formar parte del conjunto como las caras
visibles del producto, ya que los nombres de los verdaderos protagonistas
de la película no figuran en el cartel publicitario, los protagonistas
son las personas que a cara descubierta han decidido compartir sus valiosos
testimonios con nosotros y que nos servirán para conocernos un poquito
mejor.
En definitiva, una película (o docudrama) diferente, inteligente, con
un montaje espléndido, un trabajo de fotografía y retoque infográfico
magnífico y una banda sonora y selección musical escogida con sabiduría.
Una propuesta interesante no apta para todos los estómagos y miradas
(no es la típica película que puedas recomendar ir a ver una tarde de
domingo con la familia), pero creo sinceramente que la experiencia vale
la pena y todo ello se debe al talento de Luna (una directora española
a la que habría que prestar más atención, no sólo de Almodóvar y Amenábar
vive el cine español).
U.C. (Daniel Farriol)